El juicio del agua es un libro con una de esas portadas que al menos te invitan a indagar un poco más sobre él, una vez que captó mi atención descubrí que era de Juan Francisco Ferrándiz, un autor que tenía pendiente y del que he leído muy buenas críticas y del que tengo a pendiente en la biblioteca La tierra maldita, por lo que al final decidí comenzar por su última obra.
"Hasta la justicia esconde sus leyendas", al poco de comenzar el libro ya podemos leer una de las frases que define perfectamente el libro, una novela histórica que va a albergar en su trasfondo un contenido jurídico que para mí ha resultado novedoso dentro del género. Este contenido no va a ser judicial en el sentido de juzgar y crear leyes, sino que baja un peldaño en la base jurídica llegando a las cuestiones más fundamentales y a raíz de la cual se desarrolla todo el sistema judicial, indagando por lo tanto en lo que podemos llamar el punto de partida del Derecho, el origen de ciertos principios fundamentales que hoy sin duda alguna no cuestionamos pero en en el S.XII y tras mucho tiempo de regresión había dominado el lado más oscuro y donde lo normal era el Derecho Divino, el cual no era otra cosa que la forma enmascarada de que las leyes favoreciesen a los poderosos.
El inicio de la novela es fascinante y directo ya que en apenas unas páginas, el autor nos ha "enganchado" con lo que es el título de la obra, "El juicio del agua", el cual no es otra cosa que una de las muchas Ordalías o Juicios de Dios que se realizaban en la época y que hoy no podemos pasar a creer que alguien tomase los resultados como indiscutibles y sabiendo quien era imposible que ganase, pero hay que abstraerse totalmente de nuestro tiempo y viajar a esta época de 1170 donde cualquier duda se pagaba con las peores acusaciones por lo que nadie osaba a tan magna blasfemia.
Este juicio del agua nos presenta a su protagonista Robert "el condenado" y blanca de Corviu, una pareja de jóvenes que nos acompañaran en esta aventura.
El libro cuenta con una narración en tercera persona universal, pero en algunas ocasiones el protagonista Robert nos narra en primera persona personalizando aún más la trama. La trama desde el principio ha dado giros importantes que no me esperaba y ha mantenido mi interés en todo momento resultando una lectura de ritmo ágil.
Gran parte de la "culpa" de este buen ritmo la tienen los numerosos personajes de esta novela, un sinfín de apariciones y personajes que entremezclan ficción con personajes reales históricos como en el caso de los reyes... Estos personajes van apareciendo gradualmente y normalmente no se presentan de forma instantánea en el momento de aparecer en el libro, sino que van a tener una evolución a largo de la novela y vamos a ir descubriendo nuevas cualidades en cada uno de ellos. Por mencionar a alguno puedo destacar a Hakim, Isabel, Guisla, Novella Gozzadini, o la destacadísima Salomé, una mujer con la que me gustaría cruzarme algún día.
"Allá donde vayas ama, y que el sendero de estrellas te señale la ruta"
La novela tiene numerosos escenarios donde destaca Barcelona, pero también viajaremos hasta el Reino de León (pasaje que no sabía que me encontraría y que he disfrutado mucho ya que no es muy conocido el hecho que relata el libro y es importantísimo conocer que León celebró en 1188 las primeras cortes en la Basílica de San Isidoro de León con la presencia de Alfonso IX de León, por lo que la Unesco incluyó en su Memoria del Mundo los documentos de los Decreta), esa misma mañana pude salir a pasear y recrearme en lo que había leído por los alrededores de San Isidoro y ante la estatua conmemorativa de Alfonso IX, imágenes que aproveché para el spot.
"La justicia es dar a cada uno lo suyo"
Panteón de los reyes, Basílica San Isidoro de León Basílica de San Isidoro, León
Otro de los escenarios importantes de la novela es Bolonia donde se desarrollará parte del aprendizaje de Robert de Tramontana y donde también vivirá una parte de sus andanzas, un escenario ideal ya que la Universidad de Bolonia es la considerada más antigua del mundo y este escenario va a ser perfecto para la especialización del protagonista en leyes, quizás esta es la única parte que en algún momento se me ha podido alargar algo más de lo que me pedía el cuerpo.
La novela cuenta con una estructura lineal en el tiempo comenzando con una introducción, y con seis partes, La promesa, La iniciación, Una nueva ley, Alma mater Studiorum, El regreso, y Paz y tregua. También cuenta Con Epílogo y Nota del autor, precisamente esta nota me encantó ya que el propio autor realiza una reflexión que me parece de lo más destacable y que una vez terminado el libro te hará pensar del momento en el que vivimos pero con una perspectiva más medieval.
"La humanidad es capaz de percibir el derecho Natural aunque no lo haya presenciado antes"