EL DÍA QUE SE ACABARON LAS COSQUILLAS - MARÍA DOLORES GARCÍA ROZALÉN
Ediciones Chamán
2021
Una narración para estar atentos a nuestro alrededor, para enfocar la mirada con el fin de cuidar la infancia. Para atrevernos a ser valientes y alzar la voz contra tantas injusticias que sufren los niños y niñas de nuestro alrededor. Un libro que nos muestra como una sociedad a la que no deberíamos tolerar ni permitir una infancia sin amor. La protagonista nos recuerda a otras grandes de la literatura de los libros de Christine Nöstlinger y Astrid Lindgren (autora de la inolvidable Pippi Calzaslargas) que también son irreverentes, descaradas y curiosas. Niñas imaginativas y emprendedoras que en pleno siglo XXI se siguen enfrentando al bosque, a la madrastra o al lobo, elementos mágicos y metafóricos enmascarados todos ellos en los códigos y escenarios del mundo actual.
La primera novela de la María Dolores
García Rozalén cuenta con 137 páginas, distribuidas en un prólogo y 12
capítulos de corta extensión.
Cada capítulo nos muestra fragmentos
de la infancia y adolescencia de la protagonista y su hermana. No se dice el
nombre de ningún personaje en todo el libro, se hace referencia a “la niña”, “la hermana”, “el abuelo”, “el
padre”…. pese a este trato más impersonal empatizas rápidamente con la niña y su
censurable entorno. Los padres son dos seres egoístas y sin ningún tipo de
remordimiento de conciencia sobre como educan a sus dos hijas, y ellas son dos
supervivientes, dos niñas que han sabido sacar lo mejor de cada situación para
no trastornarse.
La niña se aferra a su otra familia
formada por las tías abuelas, los primos
y primos segundos, el abuelo…gracias a ellos obtiene algo de cariño, atención y
cuidados, todo eso de lo que le privan sus padres, dos personajes a los que la
vida les concedió dos hijas que les importan un bledo.
Los episodios acontecidos en el libro
mezclan la cruda realidad de las hermanas con notas de humor plagadas de
reminiscencias a épocas pasadas, seguramente los años 80 , con alusiones a Barrio Sésamo, la EGB, las cintas de vídeo
VHS… A pesar de la absoluta carencia de educación y afecto por parte de sus
progenitores, la niña suele saber
comportarse en cada situación y ha creado otros afectos que la mantienen a
flote. El amor a sus primos, tíos, la maestra que la enseñó a leer, su hermana,
y sobre todo el abuelo, ese ser de infinita paciencia por el que la niña y sus otros
nietos sentían predilección.
En este libro se pone de manifiesto
cómo ha cambiado el trato que se dispensa a la infancia. Antes a los niños no se les pedía opinión para nada, se les
colocaba en el peor rincón de la mesa o sofá, por detrás de los adultos y no se les resguardaba tanto de la muerte o de escenas más crudas. Ahora
los pequeños de la casa están tan sobreprotegidos que no se puede decir según
qué cosas delante de ellos, no se pueden decepcionar por nada, se les da las mejores cosas del
hogar, son los primeros de la familia a la hora de divertirse ….incluso algunos
se convierten en pequeños tiranos. Creo que nos hemos ido de un extremo a otro.
La principal enseñanza de “El día que se
acabaron las cosquillas” es que hay padres que no deberían serlo. Cuando un
niño cae en un entorno donde no se le dispensa el más mínimo afecto, cuidado y
protección, cae en el riesgo de creerse que eso es lo normal. ¿Cómo se
desarrolla una persona criada en un entorno tan hostil? Supongo que habrá de
todo, los que salgan a flote y rehagan
su vida de la mejor manera posible y los que nunca se recuperarán de las garras
de unos padres despreciables. Ahí está la moraleja del libro: proteger a los
niños.
La novela me ha gustado y me ha hecho
reflexionar sobre la diversidad de familias y entonos. Le doy un 8.5 /10. A
pesar de que a priori pueda parecer demasiado corta, cuando la terminas no deja esa la sensación.
Hola Álvaro!!
ResponderEliminarGracias por la recomendación y reseña.
Besos💋💋💋
Gracias, un abrazo
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